Eran poco más de las 20.30 del martes cuando las luces del auditorio mar de Vigo se apagaban para dar paso a la función del musical de la Bella y la Bestia.
Una pantalla reflejaba el libro tan típico con el que Disney empieza todas sus películas, junto con esa música que a mí desde pequeña me pone los pelos de punta, mientras narra cómo se convierte la Bestia en bestia, para posteriormente mediante un efecto especial, ver como la Bestia en persona aparece de la nada entre el humo, así comienza el musical. Así lo largo de dos horas y cuarenta minutos con un descanso aproximado de veinte minutos, el espectáculo Disney nos distraerá con la historia de una de mi película favorita de Disney.
Una fiel copia de la historia de Disney es aquello que el musical nos ofrece entre cantos y bailes, entre diálogos y divertimento.
Entre decorados más que aplaudibles, los actores se mueven y trasladan a los diferentes lugares donde da lugar la historia en un total de dos actos con 9 escenas el primero y seis el segundo.
Imagen de: Te interesa
Después del prólogo donde se nos presenta Bestia (Ignasi Vidal), la escena 1, nos presenta a Bella (Talia Del Val), y el pueblo donde habita, es ahí también, donde conoceremos a Gastón (Dani Dijes), y a Lefau (Raúl Peña), que no dejarán de hacernos reír a lo largo de toda la historia.
Un cambio de escenario nos lleva a la casa de Bella, donde Gastón se le insinúa y donde conoceremos también a Maurice (Enrique R. del Portal) al padre de la protagonista. Será también cuando la historia va tomando rumbo y comienza a ponerse interesante, pues será cuando el padre de Bella se encamine a la feria de inventos y se pierda en el bosque, donde por medio de una danza aparecerán los lobos.
En la escena 4, será cuando se presenten los demás personajes que tomarán parte a lo largo del musical, la señora Potts (Mone), Chip, Bebette (Marta Capel), Madame de la grande bouche (Eva Diago), Din Dón (Frank Capdet) y Lumiere (Diego Rodriguez), este último tengo que destacarlo, pues más de una vez, se me cayeron lágrimas de risa con él, además de su gran actuación.
El vestuario… alucinante; Lumiere con velas en sus manos que se iluminan a su antojo, la Señora Potts, Madame de la grande bouche, en forma de armario… (Para conocer el resto del reparto aquí)
Todos los personajes intentaron al máximo, ser lo más fiel posible al personaje Disney y vaya si lo lograron, Din Dón, Lumiere, Bella, sus voces eran casi idénticas a los personajes de la película.
Pero volvamos a las ecenas. El cambio de Bella por su padre da lugar a una de mis partes favoritas del musical, en el que Bella se niega a ir a cenar con la Bestia y este enfurecido, le grita: - Pues mueeerete de haaambre!!! ¿Lo recordáis?, bueno pues en musical da lugar a un diálogo sumamente divertido en el que las carcajadas resonaron en todo el auditorio.
A continuación la canción de “gran festín”, que cierra la escena 8 y da paso a la 9
Imagen de: coxesión sevilla
- Ma chère, mademoiselle es una gran satisfacción y un inmenso placer recibirla aquí esta noche. Y ahora le invitamos a que tome asiento y se ponga cómoda porque el salón comedor tiene el orgullo de presentar su cena.
¡Quéeeee festín, qué festín! Un banquete de postín
Ahí está la servilleta
Da comienzo ya la el trajín
Soupe d’oignon, canapés, Especialitè del chef […]
Ahí está la servilleta
Da comienzo ya la el trajín
Soupe d’oignon, canapés, Especialitè del chef […]
El último acto se cierra con la introducción del Bella en el ala Oeste, que como sabéis era el ala prohibida, donde se encontraba la habitación del príncipe.
Se cierra el telón hasta dentro de 20 minutos y se abre con la escena de Bella, siendo atacada por los lobos, y Bestia acudiendo a su ayuda. La siguiente escena es la de la chimenea, mientras Bella le cura las heridas y ahí comienza todo:
El amooor
La escena 3 del segundo acto, Después de que Maurice acudiese a la taberna donde está Gastón, para pedir ayuda y lo tomasen como loco, al describir la figura de la bestia (escena 7 del primer acto), empieza la artimaña de Gastón para encerrar al padre de Bella y así ella se case con él.
- Ya llevo un buen rato pensaandoooo
- Es muy peligroso…
- Lo sé… Ese loco es el padre de Bella y su coco solo anda así, así […]
La historia por otro lado entre Bella y Bestia avanza, el amor ya se huele en el aire, pero como toda historia de amor, se complica y Bella se va para cuidar de su padre, pero vuelve, cuando descubre las pretensiones de Gastón.
Y con la canción del “linchamiento “, el pueblo influido por el antagonista, le sigue para dar muerte a la Bestia.
Otra escena muy graciosa entra en escena, los “muebles” se rebelan contra el pueblo y hacen que huyan despavoridos.
La escena 6 encierra el último acto, en que Gastón da muerte a Bestia y Bella se da cuenta de su amor por él. Y aquí al igual que nos sorprendía el comienzo, también lo hace el final, pues la Bestia se trasforma en el “hermoso” príncipe delante del público.
Y así vemos como vence el interior frente al exterior, como la belleza interior se exterioriza, pudiendo ser vista por todos aquellos testigos del palacio.
Vemos el triunfo del amor
y ¿Cómo termina esta historia?
Pues como dice Chip:
Pues como dice Chip:
fueron felices y comieron perdices
Imagen de: fondos y temas
Por lo que en Vigo respecta, podéis disfrutar del musical hasta el domingo.
Su próxima parada será en Alicante del 17 al 9 de junio (+info)
Para los que tengáis oportunidad de acudir, ¡no os lo perdáis!
Y recomendación: Los mejores puestos para ver la actuación es de la mitad hacia arriba, bien centrados, si estáis en las primeras filas el escenario no se percibe por entero, dificulta la visión y además es más complicado meterse en la historia.
Así que para mí, en este caso no quien paga más disfruta mejor.
Así que para mí, en este caso no quien paga más disfruta mejor.
Por otro lado, como todos sabéis algunos de las películas Disney están basadas en cuentos, en este caso La Bella y la Bestia, se apoya en el cuento de Jeanne Marie Leprince de Beaumont que os animo a leer a continuación.
El cuento de la Bella y la Bestia.
Erase una vez un mercader que antes de irse para un largo viaje de negocios, llamó a sus tres hijas para preguntarles qué querían que les trajera a cada una como regalo. La primera pidió un vestido de brocado, la segunda un collar de perlas y la tercera, que se llamaba Bella y era la más gentil, le dijo a su padre: "Me bastará una rosa cortada con tus manos."El mercader partió y, una vez ultimados sus asuntos, se dispuso a volver cuando una tormenta le pilló desprevenido. El viento soplaba gélido y su caballo avanzaba fatigosamente. Muerto de cansancio y de frío, el mercader de improviso vio brillar una luz en medio del bosque. A medida que se acercaba a ella, se dio cuenta que estaba llegando a un castillo iluminado. "Confío en que puedan ofrecerme hospitalidad", dijo para sí esperanzado. Pero al llegar junto a la entrada, se dio cuenta de que la puerta estaba entreabierta y, por más que llamó, nadie acudió a recibirlo.
Entró decidido y siguió llamando. En el salón principal había una mesa iluminada con dos candelabros y llena de ricos manjares dispuestos para la cena. El mercader, tras meditarlo durante un rato, decidió sentarse a la mesa; con el hambre que tenía consumió en breve tiempo una suculenta cena. Después, todavía intrigado, subió al piso superior. A uno y otro lado de un pasillo largísimo, asomaban salones y habitaciones maravillosos. En la primera de estas habitaciones chisporroteaba alegremente una lumbre y había una cama mullida que invitaba al descanso. Era tarde y el mercader se dejó tentar; se echó sobre la cama y quedó dormido profundamente. Al despertar por la mañana, una mano desconocida había depositado a su lado una bandeja de plata con una cafetera humeante y fruta.
El mercader desayunó y, después de asearse un poco, bajó para darle las gracias a quien generosamente lo había hospedado. Pero al igual que la noche anterior, no encontró a nadie y, agitando la cabeza ante tan extraña situación, se dirigió al jardín en busca de su caballo que había dejado atado a un árbol, cuando un hermoso rosal atrajo su atención. Se acordó entonces de la promesa hecha a Bella, e inclinándose cortó una rosa. Inesperadamente, de entre la espesura del rosal, apareció una bestia horrenda que iba vestida con un bellísimo atuendo; con voz profunda y terrible le amenazó: " ¡Desagradecido! Te he dado hospitalidad, has comido en mi mesa y dormido en mi cama y, en señal de agradecimiento, ¿vas y robas mis rosas preferidas? ¡Te mataré por tu falta de consideración!"
El mercader, aterrorizado, se arrodilló temblando ante la fiera: ¡Perdóname!¡Perdóname la vida! Haré lo que me pidas! ¡La rosa era para mi hija Bella, a la que prometí llevársela de mi viaje!" La bestia retiró su garra del desventurado. " Te dejaré marchar con la condición de que me traigas a tu hija." El mercader, asustado, prometió obedecerle y cumplir su orden. Cuando el mercader llegó a casa llorando, fue recibido por sus tres hijas, pero después de haberles contado su terrorífica aventura, Bella lo tranquilizó diciendo: " Padre mío, haré cualquier cosa por ti.
No debes preocuparte, podrás mantener tu promesa y salvar así la vida! ¡Acompáñame hasta el castillo y me quedaré en tu lugar!" El padre abrazó a su hija: "Nunca he dudado de tu amor por mí. De momento te doy las gracias por haberme salvado la vida. Esperemos que después..." De esta manera, Bella llegó al castillo y la Bestia la acogió de forma inesperada: fue extrañamente gentil con ella. Bella, que al principio había sentido miedo y horror al ver a la Bestia, poco a poco se dio cuenta de que, a medida que el tiempo transcurría, sentía menos repulsión. Le fue asignada la habitación más bonita del castillo y la muchacha pasaba horas y horas bordando cerca del fuego. La Bestia, sentada cerca de ella, la miraba en silencio durante largas veladas y, al cabo de cierto tiempo empezó a decirles palabras amables, hasta que Bella se apercibió sorprendida de que cada vez le gustaba más su conversación.
Los días pasaban y sus confidencias iban en aumento, hasta que un día la Bestia osó pedirle a Bella que fuera su esposa. Bella, de momento sorprendida, no supo qué responder. Pero no deseó ofender a quien había sido tan gentil y, sobre todo, no podía olvidar que fue ella precisamente quien salvó con su sacrificio la vida de su padre. "¡No puedo aceptar!" empezó a decirle la muchacha con voz temblorosa,"Si tanto lo deseas..." "Entiendo, entiendo. No te guardaré rencor por tu negativa." La vida siguió como de costumbre y este incidente no tuvo mayores consecuencias. Hasta que un día la Bestia le regaló a Bella un bonito espejo de mágico poder. Mirándolo, Bella podía ver a lo lejos a sus seres más queridos.
Al regalárselo, el monstruo le dijo: "De esta manera tu soledad no será tan penosa". Bella se pasaba horas mirando a sus familiares. Al cabo de un tiempo se sintió inquieta, y un día la Bestia la encontró derramando lágrimas cerca de su espejo mágico. "¿Qué sucede?" quiso saber el monstruo. "¡ Mi padre está muy enfermo, quizá muriéndose! ¡Oh! Desearía tanto poderlo ver por última vez!" "¡Imposible! ¡Nunca dejarás este castillo!" gritó fuera de sí la Bestia, y se fue. Al poco rato volvió y con voz grave le dijo a Bella: "Si me prometes que a los siete días estarás de vuelta, te dejaré marchar para que puedas ver a tu padre." ¡Qué bueno eres conmigo! Has devuelto la felicidad a una hija devota." le agradeció Bella feliz. El padre, que estaba enfermo más que nada por el desasosiego de tener a su hija prisionera de la Bestia en su lugar, cuando la pudo abrazar, de golpe se sintió mejor, y poco a poco se fue recuperando.
Los días transcurrían deprisa y el padre finalmente se levantó de la cama curado. Bella era feliz y se olvidó por completo de que los siete días habían pasado desde su promesa. Una noche se despertó sobresaltada por un sueño terrible. Había visto a la Bestia muriéndose, respirando con estertores en su agonía, y llamándola: "¡Vuelve! ¡Vuelve conmigo!" Fuese por mantener la promesa que había hecho, fuese por un extraño e inexplicable afecto que sentía por el monstruo, el caso es que decidió marchar inmediatamente. "¡Corre, corre caballito!" decía mientras fustigaba al corcel por miedo de no llegar a tiempo..
Al llegar al castillo subió la escalera y llamó. Nadie respondió; todas las habitaciones estaban vacías. Bajó al jardín con el corazón encogido por un extraño presentimiento. La Bestia estaba allí, reclinada en un árbol, con los ojos cerrados, como muerta. Bella se abalanzó sobre el monstruo abrazándolo: "No te mueras! No te mueras! Me casaré contigo!"
Tras esas palabras, aconteció un prodigio: el horrible hocico de la Bestia se convirtió en la figura de un hermoso joven. "¡Cuánto he esperado este momento! Una bruja maléfica me transformó en un monstruo y sólo el amor de una joven que aceptara casarse conmigo, tal cual era, podía devolverme mi apariencia normal. Se celebró la boda, y el joven príncipe quiso que, para conmemorar aquel día, se cultivasen en su honor sólo rosas en el jardín. He aquí porqué todavía hoy aquel castillo se llama "El Castillo de la Rosa".
¡¡Qué tengais un buen fin de semana!!