Aquí, allí y en todas partes: septiembre 2013

lunes, 30 de septiembre de 2013

Entrevista a Paula Solla, una restauradora superviviente

Hace cerca de dos años tuve el placer de conocer a Paula Solla en un máster que empezamos y terminamos juntas. Diplomada en Conservación y Restauración, Paula se mantiene a flote desde el 2002 trabajando como restauradora para diferentes empresas de restauración y actualmente como autónoma para diferentes instituciones, Compañera en las aulas y amiga fuera de ellas me ha concedido el placer de permitirme compartir unas palabras acerca de su relación con su profesión y los días que corren.



"Alex: Es manido y sabido los duros tiempos que corren para la cultura y la inversión en ella, solo unos pocos afortunados han conseguido sobrevivir a ello y tú pareces ser una superviviente, ¿Cómo has conseguido mantenerte a flote en este barco?

Paula: La verdad es que no siempre consigo estar a flote. Resulta un poco complicado, hay que realizar labores de comercial para conseguir clientes, ser insistente y sobre todo trabajar lo mejor posible para que el cliente quede contento y te vuelva a llamar o te recomiende para otro trabajo. 


Alex: ¿El mundo del restaurador es tan duro como lo pintan? 

Paula: Realmente es muy agradable trabajar en algo que te gusta y eso hace que puedas llevar mejor las partes negativas que tiene. Pero, por ejemplo, si se trabaja en una pintura mural, un retablo, escultura o cualquier obra in situ eres tú la que te tienes que desplazar al lugar (muchas veces lugares un poco alejados), con un alto grado de humedad y frio en invierno, que se incrementa en las iglesias y sobre todo estando durante horas en posiciones complicadas ya que hay que adaptarse a la forma de la obra y llegar a todas partes. 


Alex: Dime, sé de buena fuente que actualmente te dedicas a la restauración de retablos en la zona de Galicia, pero… ¿has tenido la oportunidad de trasladarte a otras zonas y poder restaurar otro tipo de obras? 

Paula: No he trabajado fuera de Galicia, pero suelo compaginar la restauración de retablos con cuadros y tallas. 


Alex: Cuéntanos un poco sobre los utensilios básicos que usa un restaurador, esos que nunca puede faltar en tú mesilla de noche por así decirlo. 

Paula: Los primeros son los de protección, mascarilla, guantes… después lo imprescindibles son: los bisturís, algodón, jeringuillas, disolventes, consolidantes, adhesivos…. 



Alex: Una vez encuentras la obra y por supuesto el proveedor… ¿En qué te basas para ajustar el presupuesto? 

Paula: Hay que tener en cuenta muchas cosas y yo personalmente me rompo mucho la cabeza intentando ajustar, ya que con el IVA actual los presupuestos se elevan bastante. Hay que tener en cuenta, aparte del salario y dietas, el andamiaje, la carpintería, los materiales… 


Alex: ¿Cuánto tiempo puede durar el proceso de restauración de una obra? 

Paula: Eso depende mucho del número de personal y de la obra. Cada obra es distinta y tiene necesidades diferentes. 

Te puedo decir que el último retablo que he restaurado he tardado 5 meses. 


Alex: Supongo que al tratar con obras de considerable antigüedad y de un interés histórico artístico tendrás que pedir algún tipo de permiso. ¿Cómo es este papeleo? 

Paula: Pues sí, hay que solicitar en primer lugar el permiso del propietario y posteriormente el de Patrimonio. Estos se encargarán de supervisar la obra, que debe ser realizada según el proyecto que has presentado. 


Alex: Bien, ya tienes todos los papeles en orden y la obra frente a ti ¿qué es lo primero qué haces y cómo es el proceso de restauración? 

Paula: Depende de la obra, pero más o menos es siempre igual: tras organizar todo el material y diferentes detalles, me ocupo primero de los tratamientos más urgentes y luego el resto de pasos; sentado de color, limpieza, consolidación…. 


Antes 


Después

Alex: Alguna vez has tenido algún imprevisto con alguna obra, ¿cómo te has enfrentado a él? 

Paula: Casi siempre las obras, al menos en mi caso, tienen imprevistos y casi nunca o nunca para bien. ¿Enfrentarme? Pues realizas la labor que corresponda para subsanar el problema y nada más. 


Alex: Supongo que eso encarece el presupuesto, ¿es muy difícil hacer entender al proveedor qué tiene que pagar un poco más por ella? 

Paula: Yo nunca he variado un presupuesto por esta cuestión, ya que una vez dado el presupuesto tengo que tener en cuenta ciertas posibilidades y considero que no es responsabilidad del promotor. Otra cosa seria si se observase que hay otra opción válida de restauración que se pueda sugerir. 


Alex: Ya tenemos el retablo restaurado ¿y ahora, qué? 

Paula: Pues hay que realizar una memoria del trabajo realizado, con todas las fotografías de los procesos, para que le quede constancia a Patrimonio y al promotor de los trabajos y productos que se han utilizado. 


Alex: Y para finalizar, cuéntanos alguna anécdota que recuerdes que te haya sucedido en el trabajo. 

Paula: La verdad es que no me ha sucedido nada demasiado interesante. 

En un cuadro del siglo XVI al que le eliminé un repinte, apareció el nombre del personaje retratado, es un personaje conocido y muy importante de la época. 

En otro cuadro, vi restos de una inscripción y una firma extraña, resultó ser un cambio de firma por la de otro autor más cotizado en el país en el que se encontraba la obra (hoy en día está más valorado el pintor original). 

Sin embargo, una compañera encontró una carta de amor tras el ojo de cristal de una imagen… 




  

domingo, 15 de septiembre de 2013

Entre tonos de gris




Entre tonos de gris de: Ruta Sepetys
Título original: Between Shades of Gray
Publicación: Marzo 2011

Os recomiendo que cojáis buen asiento y una mantita si veis que refresca, porque si pensáis que este libro podéis leerlo en una cafetería tan ricamente, espero que no os importe que en más de una ocasión la gente de vuestro alrededor os vea emocionaros o soltar juramentos no muy bien vistos por esta sociedad. Una vez hecha la advertencia, ¡allá voy!

Entre tonos de gris es una novela que engancha desde el primer Me, hasta Kaunas y es que cuando te quieres dar cuenta dices – ¡Ah!, pero ¿ya está? 

Un emotivo viaje de 288 páginas, en el que si estamos más que acostumbrado a la lectura sobre el nazismo de Hitler y todas sus atrocidades, entre tonos de gris nos muestra el mismo lado de la balanza pero trasladándonos a Letonia, durante el gobierno de Stalin. Un país que sufrió las desgracias de la dictadura tanto como en Alemania, perdiendo a la tercera parte de su población. Y a pesar de que sus personajes son ficticios, la autora, hace un verdadero trabajo de investigación para ser lo más fiel posible a lo sucedido en aquella espeluznante época. 

Así es como el 14 de junio de 1941, conocemos a Lina, la protagonista, una chica de 15 años apasionada de Munch, como no podría ser de otro modo en esta época, que sueña con ingresar en una prestigiosa escuela de arte.

Lina vive con su familia en una casa acomodada, hasta que cierta noche, se ven obligados a abandonarla en escasos minutos por los agentes del KGB (agencia de inteligencia y principal policía secreta de la Unión Soviética desde el 54 hasta el 91). 

La chica junto con su hermano pequeño de 11 años y su madre, no son conscientes, al subir a aquel camión que los transportará “sabe Dios dónde”, que comienzan un terrorífico viaje que durará más de 10 años. 

Los sueños, la inocencia, se ven truncados al subir al vagón donde los tratan como ganado, la muerte, las enfermedades, la impotencia y la desesperación son algunos de los acompañantes de este largo viaje, en el que conoceremos más profundamente a los personajes. Conocemos la bondad de Elena, la madre, la que siempre ve el lado positivo de las cosas, la que comparte la poca comida que ha conseguido meter en su maleta con el atestado vagón para que nadie pase hambre, ya que tan solo un cubo de agua y “mejunje”, como ellos llaman, es el alimento que les proporcionan diariamente. Conocemos a Jonas, el hermano pequeño, tan inocente y bueno, que se ve obligado a madurar a la fuerza cuando ve como tiran a los niños muertos sin piedad a la vía del tren. Conocemos a personajes secundarios que permanecerán unidos casi hasta el fin de las páginas, como unos se ayudan a los otros, porque si algo no les pueden arrancar esa es la bondad y el cariño, la familiaridad y las ganas de vivir, es lo único que les queda de sus vidas pasadas y a lo que se aferrarán hasta el fin de sus días.

Vemos como Lina echa manos de su arte, para encontrar a su padre que desde que salieron de casa ese 14 de junio no ha vuelto a ver, como lo utiliza también para desahogarse y como sus dibujos serán una de las pruebas más fidedignas y emotivas que muestran el horror de aquella guerra que parece no tener fin. 

Después del viaje en aquel atronador vagón en el dejaron atrás a muchos de sus compañeros, llegan a un campo de trabajo de remolachas en Siberia donde los obligan a trabajar un número de horas inhumanas para ganarse un mendrugo de pan y muchas enfermedades, como la plaga de piojos, el escorbuto o el tifus. 

Si llegamos a este punto pensando que estos hombres no tienen piedad, no les queda nada, porque después de un año trabajando a sol y sombra, a alguno de ellos, entre estos a los protagonistas, los vuelven a trasladar hasta el más frío y oscuro lugar que ocupa la tierra, el círculo polar ártico, donde pasarán el resto de sus días hasta el fin de esta apabullante dictadura. 

Una desgarradora historia que te hará contener las lágrimas en más de una ocasión, la forma de narrar, de describir de la autora, hace que te resulte sorprendentemente fácil trasladarte al lugar de los hechos. Un libro que si bien se ve todas las escalas cromáticas de gris, nunca llega a tornarse negro para los protagonistas, pues la esperanza y el querer vivir, será lo que los mantendrá con vida. Una historia, además, que ha conseguido que corra a por mis libros de historia. 

Pero si bien tengo que poner alguna pega a este libro, es el final, el que me dio la sensación, que fue demasiado rápido, no sé si por la facilidad de la lectura en el que se me pasó volando el tiempo, la historia, o porque realmente me esperaba un final diferente, sí quizás me esperase unas cuantas líneas más con un final un tanto más largo. Pero sin lugar a dudas, es un libro que recomiendo encarecidamente si tenéis como objetivo conocer de una forma más humana, las atrocidades provocadas por una persona que nunca tuvo que haber nacido.

Y si todavía estáis así, así podéis leer el primer capítulo aquí.

Para ampliar horizontes, os ofrezco un documental sobre el Estalinismo que he encontrado y no está nada mal, espero que os interese.

                                          



¡Qué tengáis un muy buen Domingo!




martes, 10 de septiembre de 2013

El arte de la arqueología


Hace no mucho tiempo la Arqueología formaba parte de la historia del Arte, se trataba de una herramienta de estudio de la disciplina artística, de que trata este blog, enfocado en cuestiones estéticas de época antigua, sobre todo del mundo clásico (Grecia, Roma, Egipto). Hoy en día se consideran a Arte y Arqueología, disciplinas independientes pero a la vez complementarias. Visto desde un punto de vista científico, y atendiendo a su objeto de estudio, podemos concluir que ambas se asemejan bastante. Por otro lado, ambas disciplinas estudian y analizan los objetos materiales pero se puede apreciar en este aspecto cuestiones que las diferencian:

La manera de abordar el estudio de esos objetos materiales es diferente en Arqueología con respecto a la Historia del Arte.

La Historia del Arte abarca no sólo objetos materiales, entendidos estos como las artes plásticas como la pintura, la arquitectura o la escultura, sino que también estudia las artes recreativas, musicales o visuales.


Y cómo se relacionan las Artes Plásticas con la Arqueología


Pues principalmente en que las labores de recuperación de este tipo de fuentes materiales se realizan a partir del método arqueológico. Muchos de los objetos arquitectónicos, escultóricos o pinturas aparecen en yacimientos arqueológicos y son estudiados en su contexto. Así, los frescos del gran Palacio de Minos en Knossos, el Partenón de Grecia, la ciudad de Pompeya o incluso la Dama de Elche del yacimiento de L’Alcudia de Elche (donde tuve la suerte de excavar en mi época de estudiante) pueden ser estudiados por profesionales de ambas disciplinas con enfoques diferentes pero complementarios. 

Mientras que Alexandra enfoca su estudio en los aspectos estéticos y técnicos de la obra (no pretendo invadir su terreno profesional. Que me corrija si me equivoco :) ) en mi caso, como arqueólogo me centraría más en el valor documental de la fuente material. ¿Qué me dice? ¿Quién la hizo? ¿Para qué? ¿Qué significado tenía? De todos modos, no estoy afirmando con esto que la Historia del Arte excluya de su objetivo los aspectos psicológicos de la obra, entendidos tales como el significado de la misma o el mensaje que transmite, pero entiendo que el aspecto estético – técnico tiene mayor relevancia en la disciplina.


El Palacio de Knossos, un gran _Ejemplo


Antes he mencionado el Palacio de Knossos. Pues bien, las excavaciones llevadas a cabo por Arthur Evans en Creta a la búsqueda de una “civilización perdida” empujado por los éxitos de su colega Henry Schliemann en Troya y atraído por las fuentes literarias le llevaron a descubrir un palacio con gran cantidad de restos materiales destacando además de las construcciones arquitectónicas, los frescos de las paredes que representan la vida cotidiana y las costumbres de la civilización de ese territorio. 

Esta cultura recibió el nombre de minoica en referencia a la leyenda griega del Minotauro y el Palacio de Minos, pues Evans estaba convencido de que los restos encontrados pertenecían al Palacio del rey Minos. Lo poco que sabemos de esta civilización se ha averiguado por algunas tablillas en lineal B y por la gran cantidad de información que de los frescos se ha podido desprender. Escenas de pesca, mujeres representadas por doquier con vestidos tradicionales, la imagen del salto del toro, etc. La Historia del Arte y la Arqueología se encuentran estrechamente relacionadas en este caso por razones incuestionables. Las fuentes pueden ser estudiadas desde ambos ámbitos.






¿Arqueología Vs historia del Arte?


Podemos afirmar que ambas disciplinas tienen muchos aspectos en común. Sobre todo en cuanto a la cultura material pero también cuentan con notables diferencias que las definen como disciplinas diversas. La principal diferencia está en el método de trabajo. La arqueología tiene un método de recuperación de las fuentes materiales muy características basado sobre todo en el trabajo de campo. Mientras tanto, la Historia del Arte…. Bueno, el método de trabajo de esta disciplina se lo dejo a Alexandra que lo explique pues lo hará mejor que yo.

Sin embargo, pese a ser consideradas dos disciplinas diferentes, ambas son complementarias en sus respectivos objetos de estudio. La Arqueología guarda una estrecha relación con la Historia del Arte y por eso es más que aconsejable que el Arqueólogo cuente con cierto conocimiento de Arte (y viceversa) pues le ayudará en el estudio de las sociedades del pasado como una fuente más de conocimiento.

Artículo de: Adrián Carretón, autor del blog de arqueología arqueoblog 







Sobre el autor: 


Adrián Carretón es licenciado en Historia por la Universidad de Alicante. 

Su actividad profesional a girado en torno a la Arqueología de campo y los museos.

 En la actualidad dirige el blog de Arqueología e Historia Arqueoblog y colabora con otros blogs como Qué Aprendemos Hoy, Vavel Historia o el blog del MARQ