Aquí, allí y en todas partes: Delfos, lugar de profecías

viernes, 29 de marzo de 2013

Delfos, lugar de profecías



Santuario de Apolo

Recuerdo esa escena de la película 300 en el que el oráculo de Delfos tras un baile realmente exótico, revela a los éforos el futuro de la ciudad de Esparta en caso de que el rey Leónidas decida ir a la guerra y violar la festividad de la Carneia.
Esa bella chica que en la película bailaba entre nubes de agua existió en realidad, no ella, sino la figura del oráculo como reveladora del futuro.

En la antigua Grecia, se recurría con frecuencia a las predicciones del futuro de diferentes clases para tomar decisiones, según la respuesta de los dioses se actuaba a manera.
En Delfos, se situaba un famoso oráculo que daba respuesta a aquel que proponía una pregunta, un enorme santuario que fue creciendo a medida que lo iba haciendo su fama y lo que ha sido y lo que es, porque actualmente no es más que un montón de ruinas, pero un montón de ruinas donde cada piedra guarda un pequeño resquicio de lo que pudo haber sido.

Cada piedra de un templo fue construída invirtiendo más tiempo y más dinero que en otras construcciones, incluso más que en los palacios, así lo hicieron saber las civilizaciones antiguas y así ha llegado a nuestro conocimiento hoy, pues es el lugar de descando del Dios, y los dioses debían estar contentos, así los humanos serían afortunados y gozarían de su mano sagrada. En este caso el Dios al que debían complacer se llamaba Apolo, dios de la luz, la verdad y la profecía, un dios al que se le erigieron varios templos, pero hoy el que nos interesa es el de Delfos, en el monte Parnaso, donde se localiza lo que fue un magnífico santuario en su honor.

¿Quereis saber más?... Os cuento.

Olivo milenario
Cuenta la leyenda que en las montañas del monte Parnaso brotaron de entre las rocas distintas fuentes, entre ellas una que se hizo famosa, la fuente Castalia, rodeada de un bosquecillo de laureles consagrado al dios Apolo. En este monte se reunían algunas divinidades, musas y ninfas de las fuentes, que junto con el dios Apolo que tocaba la lira cantaban.

Pero en las cercanías del monte Parnaso vivía una serpiente (Pitón), que contaba con una gran sabiduría de la que el dios Apolo tenía constancia, por ello le da muerte, para apoderarse de todo su saber y así fundar el templo que tanto ansiaba siendo él quien presidiera el oráculo. Después de dar muerte a Pitón, Apolo guardó sus cenizas en un sarcófago y fundó en su honor los juegos fúnebres que se llamaron Juegos Píticos, donde se realizaba un concurso musical cada cuatro años. Más tarde corrió la leyenda de que ese sarcófago se hallaba bajo una piedra llamada ónfalos “ombligo del mundo” en el templo de Apolo, donde descansaría el oráculo para interpretar las respuestas.

Ónfalos, supuesta piedra donde descansaba la Pitias

Santuario de Apolo
Apolo había dispuesto su templo a la orden de la Pitias y de los sacerdotes que custodiaban el lugar en su nombre. Acerquémonos un poco y sepamos qué nos podíamos encontrar en él.

Ahora que somos peregrinos y queremos rendir pregunta al oráculo, debemos saber que lo primero es purificarse pues estamos en un lugar sagrado, por ello no es casualidad que nos encontremos con una fuente a nuestra derecha, ahí nos lavaremos los pies y las manos. Ya estamos purgados, ahora nos espera un paseo colina arriba. Nuestros ojos se maravillan por lo que ven, su avenida ya muestra en gran medida la envergadura de ese lugar. A nuestro alrededor nos enconramos con una avenida rodeada de olivos, de templos en honor, avenidas donde se disponen a cada paso hermosos tesoros, edificaciones, donados por aquellos consultantes que han querido saber la opinión del Dios, una vía sacra, que nos lleva colina arriba hasta terminar en un gran teatro. Pero nosotros todavía nos encontramos al comienzo de la vía, seguimos avanzando por esa colina hasta llegar a la puerta de acceso al templo, el centro mismo del santuario, esta es nuestra parada, aquí recibiremos respuesta a nuestra pregunta, el dios Apolo se lo dirá al oráculo y ella a los sacerdotes y los sacerdotes a nosotros.
Ahora que estamos en la casa de Apolo, lugar de conocimiento, los sacerdotes y la Pitias se hacen cargo, ellos pero sobre todo la Pitias resolverá el enigma de nuestro futuro. Ella hablará con Apolo, por nosotros.

Tesoro de Atenea










El Papel de la Pitias como oráculo


Sabemos que el santuario de Delfos llegó a ser en época helenística (IV a.C), un gran centro religioso gracias a su oráculo también llamado Pitias, en honor a la serpiente Pitón. En origen, solían ser mujeres del lugar, jóvenes y vírgenes que se comprometían a vivir en el Santuario de por vida, estas profetizaban una vez al año, el 7 del mes de Bisios, aniversario del nacimiento de Apolo, que posteriormente se aumentó al día 7 de cada mes. Se llegaron a nombrar a tres Pitias dado el gran número de consultores que requerían de sus servicios.
Una vez allí todo consistía en un ritual, desde que entrabas hasta que salías con tu respuesta.
Escaleras de descenso para la Pitias

El solicitante, procedía con la ayuda de los sacerdotes del templo a un primer sacrificio en uno de los altares, junto con algún tesoro como pago al derecho de consulta, estos tesoros se arremolinaban a lo largo del santuario. Una vez realizado el sacrificio se introducían en el templo donde se llevaba a cabo un segundo sacrificio, a continuación se realizaba la pregunta, el sacerdote se la transmitía al oráculo y esta según nos cuenta G. Roux, descendía para profetizar a un espacio sin enlosar a más o menos un metro del suelo del templo, donde se erigía un trípode sobre el que ella se sentaba, al borde de una especie de pozo excavado en el suelo, allí se encontraba una fisura en la tierra por donde se desprendía el soplo (pneuma) divino.

Cuentan Orígenes y San Juan Crisóstonos (sigo III-IV) que esta entraba en un estado de embriaguez y desesperación, entrando en trance, llegando a echar incluso espuma por la boca. No penseis que el estado en trance y el mensaje del Dios llegaban así, a la buena ventura, para nada, las Pitias se tenían que preparar. Este estado en trance se conseguía según fuentes, bebiendo el agua de la fuente de Castalia, masticando laurel ritual con miel tóxica o a través de un vapor que provenía del interior de una grieta en el suelo. Después del trance, la Pitias recibía "el soplo de Apolo" y esta le trasmitía su respuesta a los sacerdotes que interpretaban según les placia, estos colocaban la respuesta en papel ofreciéndoselo posteriormente al consultante.

Lo que se esconde detrás de la Pitias


Pero todo lo que parece mágia tiene respuesta y aquí es cuando se desvanece el encanto de este cuento antiguo. Una investigación geológica dirigida por el gobierno griego, señaló la existencia de unas fallas que atraviesan el santuario de Delfos y la existencia de gas etileno que contiene propiedades tóxicas, causantes sin duda del estado en trance en el que entraban las Pitias.

Finalmente, en el 392 d.C., tras un largo declive en época romana, el edicto de Teodosio clausuró oficialmente el oráculo.

Así que sabemos que hubo un tiempo en el que el Santuario de Delfos fue famoso por las predicciones del futuro que la Pitias realizaba en el corazón del templo. Predicciones que casualmente fueron certeras en muchos casos, predicciones ayudadas por gases tóxicos procedente de la falla que atraviesa Delfos. Así que vemos como un acontecimiento natural, ayudó a la magnificencia de un lugar místico.
Sin duda siempre quedará ese punto de misticismo en este santuario.
¿Quién sabe?, quizás el dios Apolo siga tocando su lira en silencio.

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