Paula: La verdad es que no siempre consigo estar a flote. Resulta un poco complicado, hay que realizar labores de comercial para conseguir clientes, ser insistente y sobre todo trabajar lo mejor posible para que el cliente quede contento y te vuelva a llamar o te recomiende para otro trabajo.
Alex: ¿El mundo del restaurador es tan duro como lo pintan?
Paula: Realmente es muy agradable trabajar en algo que te gusta y eso hace que puedas llevar mejor las partes negativas que tiene. Pero, por ejemplo, si se trabaja en una pintura mural, un retablo, escultura o cualquier obra in situ eres tú la que te tienes que desplazar al lugar (muchas veces lugares un poco alejados), con un alto grado de humedad y frio en invierno, que se incrementa en las iglesias y sobre todo estando durante horas en posiciones complicadas ya que hay que adaptarse a la forma de la obra y llegar a todas partes.
Alex: Dime, sé de buena fuente que actualmente te dedicas a la restauración de retablos en la zona de Galicia, pero… ¿has tenido la oportunidad de trasladarte a otras zonas y poder restaurar otro tipo de obras?
Paula: No he trabajado fuera de Galicia, pero suelo compaginar la restauración de retablos con cuadros y tallas.
Alex: Cuéntanos un poco sobre los utensilios básicos que usa un restaurador, esos que nunca puede faltar en tú mesilla de noche por así decirlo.
Paula: Los primeros son los de protección, mascarilla, guantes… después lo imprescindibles son: los bisturís, algodón, jeringuillas, disolventes, consolidantes, adhesivos….
Alex: Una vez encuentras la obra y por supuesto el proveedor… ¿En qué te basas para ajustar el presupuesto?
Paula: Hay que tener en cuenta muchas cosas y yo personalmente me rompo mucho la cabeza intentando ajustar, ya que con el IVA actual los presupuestos se elevan bastante. Hay que tener en cuenta, aparte del salario y dietas, el andamiaje, la carpintería, los materiales…
Alex: ¿Cuánto tiempo puede durar el proceso de restauración de una obra?
Paula: Eso depende mucho del número de personal y de la obra. Cada obra es distinta y tiene necesidades diferentes.
Te puedo decir que el último retablo que he restaurado he tardado 5 meses.
Alex: Supongo que al tratar con obras de considerable antigüedad y de un interés histórico artístico tendrás que pedir algún tipo de permiso. ¿Cómo es este papeleo?
Paula: Pues sí, hay que solicitar en primer lugar el permiso del propietario y posteriormente el de Patrimonio. Estos se encargarán de supervisar la obra, que debe ser realizada según el proyecto que has presentado.
Alex: Bien, ya tienes todos los papeles en orden y la obra frente a ti ¿qué es lo primero qué haces y cómo es el proceso de restauración?
Paula: Depende de la obra, pero más o menos es siempre igual: tras organizar todo el material y diferentes detalles, me ocupo primero de los tratamientos más urgentes y luego el resto de pasos; sentado de color, limpieza, consolidación….
Antes
Después
Alex: Alguna vez has tenido algún imprevisto con alguna obra, ¿cómo te has enfrentado a él?
Paula: Casi siempre las obras, al menos en mi caso, tienen imprevistos y casi nunca o nunca para bien. ¿Enfrentarme? Pues realizas la labor que corresponda para subsanar el problema y nada más.
Alex: Supongo que eso encarece el presupuesto, ¿es muy difícil hacer entender al proveedor qué tiene que pagar un poco más por ella?
Paula: Yo nunca he variado un presupuesto por esta cuestión, ya que una vez dado el presupuesto tengo que tener en cuenta ciertas posibilidades y considero que no es responsabilidad del promotor. Otra cosa seria si se observase que hay otra opción válida de restauración que se pueda sugerir.
Alex: Ya tenemos el retablo restaurado ¿y ahora, qué?
Paula: Pues hay que realizar una memoria del trabajo realizado, con todas las fotografías de los procesos, para que le quede constancia a Patrimonio y al promotor de los trabajos y productos que se han utilizado.
Alex: Y para finalizar, cuéntanos alguna anécdota que recuerdes que te haya sucedido en el trabajo.
Paula: La verdad es que no me ha sucedido nada demasiado interesante.
En un cuadro del siglo XVI al que le eliminé un repinte, apareció el nombre del personaje retratado, es un personaje conocido y muy importante de la época.
En otro cuadro, vi restos de una inscripción y una firma extraña, resultó ser un cambio de firma por la de otro autor más cotizado en el país en el que se encontraba la obra (hoy en día está más valorado el pintor original).
Sin embargo, una compañera encontró una carta de amor tras el ojo de cristal de una imagen…